Mujeres en la historia


Wellcome!!!

 

 

 

 

QUÍMICAS

 

La madre de la química moderna, Marie Lavoisier (1758-1836)

 

(que bellos son para esa época :'v)

La ciencia estuvo vetada durante siglos a las mujeres. Las que se empeñaron en romper con los moldes patriarcales, utilizaron a menudo su filiación o su matrimonio para conseguir escudriñar los secretos de la naturaleza. Tal fue el caso de Marie Lavoisier, quien encontró en su marido un esposo fiel pero también, y sobre todo, su compañero en la apasionante tarea de convertir la alquimia en la química moderna.

Marie Anne Pierrette Paulze nació el 20 de enero de 1758 en la localidad francesa de Montbrison. Su padre, Jacques Paulze, era un abogado y financiero que trabajó muchos años en la Ferme Générale, una institución que se encargaba de gestionar algunos impuestos estatales. Jacques había tenido tres hijos con su esposa, Claudine Thoynet, antes de que esta falleciera cuando Marie Anne era una niña de poco más de tres años de edad. Su padre decidió entonces que la pequeña ingresara en un convento donde creció y fue educada como una dama de la alta burguesía francesa.
CIENTÍFICAS
 

La monja detrás de la computadora, Mary K. Keller (1913?-1985) 

 




A pesar de que las mujeres han alcanzado logros importantísimos en las últimas décadas, continúan existiendo ámbitos de la sociedad considerados "típicamente masculinos". Uno de ellos, la informática, un sector en el que, curiosamente, algunas mujeres fueron clave en su desarrollo. Tales fueron los casos de Ada Lovelace o Hedy Lamarr. Otro de estos nombres propios fue una monja norteamericana que no dudó en compatibilizar sus rezos con los números.

Mary Kenneth Keller fue una religiosa que en 1932 había ingresado en la congregación de las Hermanas de la caridad de la Virgen María, en la que se ordenó como monja ocho años después. De su vida anterior no he conseguido encontrar nada, incluso su fecha de nacimiento oscila entre los años 1913 y 1914. Lo que está claro es que la hermana Mary no iba a dedicar todo su tiempo a la vida contemplativa. Apasionada de los números, estudió en varias universidades, entre ellas la Universidad de Dartmouth, que rompió con una larga tradición de casi dos siglos de vetar su acceso a las mujeres.

A la sombra del genio, Mileva Marić (1875-1948) 

 




 
Uno de los nombres propios de la ciencia del siglo XX es sin lugar a dudas el de Albert Einstein. Su archiconocida teoría de la relatividad le hizo inmortal y lo convirtió en un icono. Pero detrás del genio existió una mujer que inició una brillante carrera como científica pero que fue dramáticamente truncada por sus circunstancias personales. Mileva Marić, primera esposa de Einstein, le acompañó en las largas horas de estudio que dieron como fruto sus grandes descubrimientos científicos. Hay quien asegura que ella tuvo mucho que ver en ellos.

Mileva Marić nació el 19 de diciembre de 1875 en la localidad Serbia de Titel, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro. Mileva era la mayor de los tres hijos, ella era la única chica, de Marija Ruzić y Milos Marić, una pareja acomodada que dio a la joven la oportunidad de estudiar y desarrollar sus capacidades intelectuales que pronto saldrían a la luz. De la escuela infantil para niñas de Novi Sad, pasó a estudiar en el instituto de Sremska Mitrovica, donde se graduó en 1890 con calificaciones excelentes. En el instituto ya había empezado a destacar en las materias científicas por lo que sus padres apoyaron su ingreso en el Colegio Real de Zagreb donde estudiar física estaba vetado a las mujeres. Tras estudiar medicina en la Universidad de Zúrich en el verano de 1896, empezó a estudiar física y matemáticas en el Instituto Politécnico de la misma ciudad. Fue allí donde Milena conoció a Albert Einstein. Desde entonces, se hicieron inseparables.

La joven pareja compartía una pasión excepcional por la ciencia. Pasaban largas horas estudiando y debatiendo sobre leyes físicas y dilemas matemáticos. Hasta que el embarazo de Mileva en 1901 truncó sus sueños para siempre. Los de ella, al menos, pues mientras él continuó con sus estudios, Mileva tuvo que dejar el Instituto Politécnico. Lieserl nacía en enero de 1902 pero qué fue de ella es un misterio pues nunca más se supo de esta criatura que podría haber muerto poco después de nacer o haber sido dada en adopción al haber nacido fuera del matrimonio. 


 INVENTORA

 

Inventando pañales, Marion Donovan (1917-1998)  




Marion Donovan fue una mujer práctica. Madre de tres niños, desbordada en muchas ocasiones por las dificultades rutinarias de su vida como ama de casa, lejos de sentarse a llorar y lamentarse, decidió hacer su vida, y la de muchas otras mujeres, mucho más fácil. Marion Donovan pasó a la historia por haber inventado los primeros pañales desechables. Su primer prototipo, una suerte de protector para los pañales de tela, lo consiguió con tela de paracaídas. A lo largo de su vida consiguió hasta veinte patentes de muchos otros objetos que ayudaron a hacer más llevadera su existencia en el hogar.

Marion Donovan nació el 15 de octubre de 1917 en Fort Wayne, Indiana. Marion perdió a su madre siendo una niña de poco más de siete años por lo que pasó mucho tiempo junto a su padre y su tío, dos hermanos gemelos propietarios de una empresa y con un espíritu inventivo que pronto impregnaría a la pequeña Marion.

Después de estudiar literatura inglesa en el Rosemont College de Pennsylvania, donde se graduó en 1939, empezó a trabajar como asistenta en la revista de moda Vogue. En aquel tiempo conoció a James Donovan, un empresario dedicado al negocio de la piel, con el que se casaría. La pareja se marchó a vivir a Westport, en Connecticut.

Convertida en ama de casa y madre de tres hijos, dos niñas, Christine y Sharon, y un niño, James, Marion se vio desbordada en muchas ocasiones en su papel de ama de casa. Fue entonces cuando siguió la estela de su padre y su tío como inventores y se propuso inventar un protector que evitara los escapes provocados por los pañales de tela. Sus primeros prototipos los hizo cosiendo un protector utilizando tela de cortina de baño hasta que el formato definitivo lo consiguió usando el mismo nailon con el que se fabricaban los paracaídas. Este protector fue bautizado por la propia Marion como "Boater" porque le recordaba a la forma de un barco (Boat en inglés).

El Boater se comercializó por primera vez en 1949 con gran éxito de ventas. Dos años después consiguió las cuatro patentes que había necesitado para fabricarlo y vendió los derechos de comercialización a la empresa Keko Corporation por un millón de dólares.


La actriz que inventó el wi-fi, Hedy Lamarr (1914-2000) 


(me encantaron estas ingenieras :D)
Hedy Lamarr demostró al mundo con su valentía, su talento y su inteligencia, que la belleza femenina no tenía por qué estar reñida con la sabiduría. Hedy pasó a la historia por ser la primera mujer en protagonizar un desnudo en el cine y convertirse en la más bella de Hollywood mientras descubría la base de las futuras comunicaciones inalámbricas. Con una vida digna de una novela o una película de aventuras, Hedy Lamarr tuvo que hacer entender al mundo que su belleza y su inteligencia formaban parte de sí misma a partes iguales.

De la ingeniería a los focos
Hedwig Eva Maria Kiesler nació el Viena el 9 de noviembre de 1914 en el seno de una família judía. Su padre, Emil, era banquero y su madre, Gertrud, pianista. Ya desde bien pequeña, Hedwig demostró ser una niña distinta por su inteligencia. Con tan sólo dieciséis años inició sus estudios de ingeniería. Pero tres años después, Hedwig decidió apartar sus intereses científicos por su otra gran pasión, la interpretación. Y como en esta faceta también destacó, los escenarios teatrales de Berlín le quedaron pequeños. En 1933 aparecía en la película Éxtasis convirtiéndose en la primera actriz en aparecer desnuda en la gran pantalla.

Un matrimonio opresivo
En la Alemania nazi, uno de sus simpatizantes y colaboradores se fijó obsesivamente en la belleza de Hedwig. Friedrich Mandl, magnate armamentista que colaboraba con Hitler y Mussolini en la fabricación de armas y de todo tipo de material bélico, pactó con sus padres un matrimonio de conveniencia. El 10 de agosto de 1937, y a pesar de la oposición de la propia Hedwig, se casaba con Fritz y empezaba una de las etapas más difíciles de su vida.


Posesivo y machista, Fritz intentó sin éxito retirar de los círculos cinematográficos todas las copias de Éxtasis, mientras obligaba a Hedwig a permanecer recluida en su casa y salir solamente acompañada de su marido. En aquellos años de reclusión, Hedwig aprovechó para continuar sus estudios de ingeniería abandonados tiempo atrás por su carrera artística. También utilizó su cercanía a las altas esferas nazis para recabar todo tipo de información estratégica que sería muy valiosa en un futuro para las fuerzas aliadas y que inspirarían su gran descubrimiento tecnológico.


INGENIERA

Construyendo el puente de Brooklyn, Emily Warren Roebling (1843-1903)



El 24 de mayo de 1883 se inauguraba uno de los puentes más concurridos del mundo, el puente de Brooklyn. Subida en un carruaje, la primera persona que lo cruzaba era una mujer, sin cuya determinación no se habría concluido. Emily Warren Roebling no tenía estudios de ingeniería, la sociedad decimonónica no se lo habría permitido, pero su inteligencia y esfuerzo la convirtieron en la compañera perfecta para el hombre que llevaba el título oficial de ingeniero jefe. Washington Roebling, quien llevaba las riendas del proyecto, había caído enfermo por lo que su papel como director de la gran obra de ingeniería que debía unir dos importantes zonas de la ciudad, corría peligro. Su esposa se puso manos a la obra y aprendió todo lo que estuvo en su mano para convertirse en el alter ego de su marido para alcanzar un sueño.

Emily Warren Roebling nació el 23 de septiembre de 1843. fue la penúltima de los doce hijos de Sylvanus Warren y su esposa Phoebe Lickley Warren, una pareja de clase media alta. Emily recibió una buena educación y tuvo siempre debilidad por su hermano Kemble Warren, quien la inscribió en la escuela Georgetown Visitation Convent, donde estudió asignaturas como historia, geografía o matemáticas, sin olvidar las típicas materias destinadas a una futura esposa.

En 1864, en una de sus visitas a su hermano Kemble, general del ejército norteamericano, conoció a Washington Roebling, un joven ingenierio al servicio de Kemble durante la Guerra Civil. Menos de un año después contraían matrimonio. El padre de Washington, John Augustus Roebling, era por aquel entonces el ingeniero jefe encargado de construir un puente que debía unir Brooklyn con Manhattan. 

Una ingeniera en la NASA, Mary Jackson (1921-2005)



Mary Jackson tenía una mente privilegiada pero su condición de mujer y el color de su piel eran vergonzosos inconvenientes para ella. Lejos de rendirse, Mary Jackson estudió, trabajó duro y se enfrentó a las normas establecidas que le impedían avanzar en su carrera. Esfuerzos que dieron sus frutos cuando se convirtió en la primera mujer afroamericana en trabajar como ingeniera aeroespacial en la NASA

Mary Winston Jackson nació el 9 de abril de 1921 en Hampton, Virginia. Desde bien pequeña destacó como buena estudiante. Tras graduarse con honores en la escuela George P. Phenix, continuó sus estudios en el Hampton Institute donde se graduó en matemáticas y física. Tras finalizar sus estudios, Mary trabajó durante un tiempo como profesora en una escuela para niños negros en Maryland. En aquellos años, Mary también se ganó la vida como contable y secretaria, se casó y tuvo dos hijos. 

En 1951 consiguió entrar en el Centro de Investigación de Langley de la NACA (National Advisory Committee for Aeronautics) como matemática y computadora bajo la supervisión de Dorothy Vaughan, en una zona destinada para mujeres de color, la West Area Computers. Dos años después, el ingeniero de la NACA Kazimierz Czarnecki la requirió para que trabajaran juntos en el túnel de presión supersónico donde se estudiaba la aerondinámica de aviones y naves. Czarnecki pronto se dio cuenta de las capacidades de Mary Jackson y la animó a que siguiera estudiando matemáticas y física, algo que para una joven de color era poco menos que imposible en una Virginia defensora de la segregación racial. Pero Mary no se amedrentó y consiguió ser admitida en el Hampton High School, de la Universidad de Virginia, exclusiva para blancos.
Mary estudió en las clases nocturnas y consiguió su objetivo. En 1958 era nombrada ingeniera aeroespacial, convirtiéndose en la primera mujer de color ingeniera de la NASA donde trabajó hasta 1985.
Consciente de las dificultades que tenían las mujeres de color y otras minorías para alcanzar la igualdad de derechos civiles, Mary Jackson dedicó parte de su tiempo a colaborar con instituciones y proyectos como la Federal Women's Program Manager de la Office of Equal Opportunity Programs.

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